
Un guiño es un abrir y cerrar de ojos que se utiliza para hacer saber a quien tenemos delante que nos hallamos ante un secreto. ¿Por qué abrir y cerrar casi al mismo tiempo los ojos? El secreto en cuestión no estará lejos de lo que comentábamos en el post de la semana pasada (https://elzoharesplendor.wordpress.com/wp-admin/post.php?post=4731&action=edit).
.
La historia de ben Durdaia (בן דורדיא) es una de las más sorprendentes de todo el Talmud. En el tratado de Avodah Zara (17a) se detallan sus andanzas y se explica por qué no podría entrar en el mundo venidero ni siquiera arrepintiéndose de ellas. No vamos a extendernos sobre el personaje ni sobre sus cuitas. Solamente señalaremos que, contra todo pronóstico, entró en el mundo venidero en “una abrir y cerrar de ojos”. El Talmud lo describe así:
.
“Puso su cabeza entre sus rodillas y lloró fuertemente hasta que su alma partió. Una voz divina surgió y dijo: Eleazar ben Durdaia está destinado a la vida en el mundo por venir”.
.
Esto no sólo sorprendió a los demás rabinos, incluso parece que los molestó sobremanera: Rabbí Iehudah haNassi lloró y dijo, refiriéndose al mundo venidero:
.
“Hay quien adquiere después de muchos años, y hay quien adquiere en un momento”.
.
Lo primero que sorprende de este personaje es su extraño nombre, sumamente despectivo: Durdaia (דורדיא), que en arameo significa “deposición”, en el sentido de “excremento”. Por otra parte, la guematria de ben Durdaia (בן דורדיא) es 277 y coincide con la de Averah (עברה), el pecado de adulterio, precisamente aquel que más cometía nuestro personaje.
.
בן = 52
דורדיא = 225
—————
277
.
ע = 70
ב = 2
ר = 200
ה = 5
————-
277
.
Pero a pesar de ser un pecador contumaz, “en un momento”, beShaah ejat (בשעה אחת), entró en el mundo venidero. La guematria de beShaah ejat (בשעה אחת) es 786 como la de Keter Elion (כתר עליון), la corona suprema:
.
בשעה = 377
אחת = 409
—————-
786
.
כתר = 620
עליון = 166
—————–
786
.
Los sabios comentan que este “momento” fue como un abrir y cerrar de ojos”, como un guiño. En ese instante se unió con la corona suprema.
El misterio del abrir y cerrar los ojos alude a los dos momentos más importantes de nuestras vidas: el nacimiento, cuando abrimos los ojos por primera vez, y la muerte, cuando los cerramos definitivamente. Entre ambos se encuentra el guiño, quizá porque nuestra vida es eso: un guiño fugaz y pasajero.
JULI PERADEJORDI