En la parashah de Vaiakhel aparece uno de los personajes más misteriosos y apasionantes de la Torah. Si bien se nos dice a qué tribu pertenecía y de quién era hijo, según el midrash fue creado en los seis primeros días de la creación y permaneció “a la sombra” del Eterno hasta que éste decidió construir el Templo. Estamos hablando de Betzalel.
Disponemos de poca información acerca de alguien tan importante como fuera Betzalel. El Midrash Rabbah sobre Éxodo (34:1) nos dice que Betzalel estaba “a la sombra del Eterno” hasta el momento en que fue necesario para la construcción del Templo. ¿De dónde lo deduce?
Sin duda del nombre mismo de Betzalel, que podemos leer como Be (ב) “en”, Tzel (צל), “sombra”, El (אל), Dios.
Como aprendemos de Éxodo (XXXVIII-22):
ובצלאל בן-אורי בן-חור, למטה יהודה, עשה, את כל-אשר-צוה יהוה את-משה
“Betzalel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Iehuda hizo todo lo que IHWH le había ordenado a Moisés”.
¿Qué quiere decir “hijo de Uri”? Literalmente “hijo de mi luz”. ¿De qué luz estamos hablando? Sin duda de la que Dios crea al principio del relato de Bereshit, el Génesis (I-3 y 4):
“dijo Dios: «Que haya luz», y hubo luz. Dios vio que la luz era buena”.
La palabra “buena”, aplicada a la luz, es Tov (טוב). Si calculamos su guematria, vemos que es 17:
ט = 9
ו = 6
ב = 2
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17
Los sabios nos han enseñado que el número secreto o triangular del 17 es 153. Este número coincide con la guematria de Betzalel (בצלאל):
ב = 2
צ = 90
ל = 30
א = 1
ל = 30
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153
En el Talmud, en el tratado de Berajoth (55 a) podemos leer:
“Betzalel sabía cómo combinar las letras con las que fueron creados los cielos
y la tierra”.
Dicho de otro modo, Betzalel conocía el secreto de Bereshit.
Cuando a la calculamos la guematria de Betzalel, 153 y le sumamos la de Keter, 620, Jojmah, 73 y Binah, 68, obtenemos 913, la guematria de (בראשית):
ב = 2
ר = 200
א = 1
ש = 300
י = 10
ת = 400
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913
JULI PERADEJORDI