Según el Talmud (Jaguigah 4 a), “loco es aquel que pierde las cosas que le dan”. De alguna manera todos estamos locos pues la vida nos obsequia constantemente con sus dones y nosotros no nos fijamos y, por ende, los perdemos. Pero el mayor don es la vida misma y el hecho de perderla nos convierte en el peor de los locos. ¿Cómo hemos de hacer para no perder la vida? Quizá la respuesta esté en Proverbios (III-18), refiriéndose a la Torah:
עץ-חיים היא, למחזיקים בה
“Es un árbol de vida para los que se aferran a ella”.
JULI PERADEJORDI