EL DESORDEN Y LAS PREOCUPACIONES

A raíz de la divulgación de las enseñanzas del Feng Shui en Occidente, mucha gente parece haberse vuelto consciente de la importancia del orden y la armonía en la vida de cada día. Sin embargo, esto es algo que la cábala siempre ha sabido.

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Explica un conocido cuento jasídico que:

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“En cierta ocasión se dirigió el Baal Shem Tov a sus discípulos y les pidió que salieran a las afueras de la ciudad, pues allí encontrarían a uno de los sabios y justos de la generación.
Fueron al lugar que el Baal Shem Tov les había dicho y vieron a un judío sentado en el campo, cantando y recitando las letras del alfabeto. Al finalizar decía: Señor del universo, Tú creaste el alfabeto y Tú combinas todas sus letras. Yo no sé cómo alabarte ni cómo rezarte. Padre celestial: combina Tú las letras de la mejor manera posible, pues sin duda Tú sabrás hacerlo mejor que yo.

Cuando regresaron y le contaron al Baal Shem Tov lo que habían visto, éste les dijo: hay veces que lo que puede lograr un judío con su simplicidad, ni el mayor de los sabios es capaz de lograrlo mediante sus rezos”.

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Tomemos las 5 primeras letras del alfabeto hebreo en su orden natural: tenemos a Alef, Beth, Guimel, Dalet, He (אבגדה). Hasta aquí, todo bien.

Pero si las desordenamos, por ejemplo, como Beth, Dalet, Alef, Guimel, He, (בדאגה), obtenemos Bideagah, que significa “con preocupación”, de la raíz Daag (דאג), “preocuparse”, “inquietarse”.

Curiosamente, Daag (דאג), como Guet (גט), “divorcio”, son dos palabras que no aparecen en la Torah: no tienen cabida en su santidad. El valor numérico de Daag (דאג), 8, nos lleva a la letra Jet (ח), guematria 8. ¿Qué aprendemos de aquí? Que hay algo de lo que deberíamos preocuparnos todos los días de nuestras vidas, algo que está relacionado con el número 8.

La cábala relaciona la letra Jet (ח) con Jet (חטא), “pecado”, y el número ocho, Shmoneh (שמנה), con el alma, Neshamah (נשמה), que se escribe con las mismas letras y tiene la misma guematria, 395. Si sumamos las letras que componen la palabra Jet (חטא), 1 + 9 + 8, obtenemos 17, o sea la guematria Katan o reducida de Neshamah (נשמה), 5 + 3 + 4 + 5.

Jet (חטא), el “pecado”, procede de una antigua raíz que significa “errar el blanco”, como cuando lanzamos una flecha en la dirección equivocada. Es probablemente la misma idea que encontramos en Génesis (XXXVIII-9).

El desorden de las letras o el desorden de la vida implican algo tan dañino para el alma como es la falta de significado.

Jet (חטא), el “pecado” no es un cuento de viejas, sino algo que debe ser objeto de auténtica preocupación, ya que afecta directamente a la Neshamah (נשמה), al alma. Pero quizás más que preocuparnos por nuestra alma, deberíamos ocuparnos y poner orden en ella. Seguro que nos lo agradece. Y si no nos sentimos capaces, pidamos a Dios que lo haga por nosotros.

JULI PERADEJORDI

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