SHAVUOTH, LA CURACIÓN DEL VENENO ANTIGUO

What Is Shavuot (Shavuos)? - Chabad.org

No hay que buscarle tres pies al gato, dice el refrán. En un post anterior ya asociamos estos tres pies, en hebreo Shalosh Regalim (שלוש רגלים) con las tres peregrinaciones, Shalosh Regalim (שלוש רגלים). Una de éstas, la segunda, es la festividad de Shavuoth (שבועות) que acabamos de celebrar y que señala la entrega de la Torah, o sea el momento de la recepción.

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Durante la fiesta de Shavuoth (שבועות) es costumbre estudiar el principio y el final de los 24 libros del Tanaj. Según el sabio Arizal, es para hacer el Tikún de los 24 tipos de veneno que le serpiente inoculó en la mujer.

El Zohar (III-79a) enseña lo siguiente:

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“la serpiente inyectó veinticuatro tipos de impureza en la hembra cuando se unió a ella, de modo que veinticuatro juicios se levantan arriba y veinticuatro abajo”.

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Pero como también dice el Zohar (II-236b):

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“Israel, desde que estuvieron junto al Monte Sinaí, se encontraban puros de esa inmundicia ancestral que la serpiente inoculó en el mundo y provocó la muerte a todos”..

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¿Por quién fue purgado el veneno? Por la Torah. ¿Y qué tiene que ver la Torah con el número 24?

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כ = 20

ד = 4

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24

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El número 24 se escribe en hebreo Kad (כד), palabra que significa “cántaro”. Para los cabalistas se refiere a los 24 libros que componen el Tanaj, que contiene a la Torah, que es comparada con el agua. Es un agua que limpia el veneno antiguo, el agua de la bendición que regenera al hombre. Sin duda por ello mismo Shavuoth (שבועות), al estudiarse el Tanaj, es la celebración de la entrega y la recepción de la Torah.

Sabemos que la guematria Shemi o completa de Berajah (ברכה), «bendición», es 1028. Si le sumamos uno por el Kollel, obtenemos 1029. Se trata de la suma de la primera palabra del Tanaj, Bereshit (בראשית) y de la última, veIaal (ויעל).

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ב = 412

ר = 510

כ = 100

ה = 6

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1028

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בראשית = 913

ויעל = 116

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1029

JULI PERADEJORDI

SEMBRANDO EL CAMPO

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¿Quién es negra, porque oscura al principio, pero hermosa al final? Ya vimos en un post anterior (https://elzoharesplendor.wordpress.com/2022/05/) que se trataba de la Torah, magníficamente evocada en el Cantar de los cantares. Sin embargo, sin contradecirlo de ningún modo, la guematria nos enseñará que también es la bendición.

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Louis Cattiaux escribió esta frase enigmática: “ten pureza y el Altísimo sembrará tu campo”. A primera vista no es fácil ver qué tendrá que ver la pureza con la siembra.

Solemos tener la idea de que la bendición, la Berajah (ברכה), es algo así como una explosión de luz que nos purifica y nos transforma. Cuando alguien ha recibido esta gracia del cielo se acostumbra a decir que “está sembrado”. La famosa frase de Cantar de los cantares (I-5) podría muy bien referirse a este misterio, y resultar que la bendición es como una semilla que va desarrollándose.

En nuestras vidas agitadas y superficiales la siembra de esta semilla, una gracia que nos es regalada, puede pasar desapercibida y no darnos cuenta de que tenemos en nosotros la semilla hasta muchos años después de recibirla. Para crecer, esta semilla necesita ser humidificada y cuidada, y es aquí donde interviene la Torah, el estudio de la Torah, que los sabios han comparado con el agua, un agua que, por cierto “no moja las manos”.

Esta bendición del Eterno, Birkat haShem (ברכת יהוה) tiene por guematria 648:

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ברכת = 622

יהוה = 26

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648

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Se trata también de la guematria de Shjorah ani veNavah (שחורה אני ונאוה), “negra soy, pero hermosa”:

שחורה = 519

אני = 61

ונאוה = 68

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648

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Esta siembra se realizaría en un estado de semisueño o de sopor que en hebreo se llama Tardemah (תרדמה). La guematria de Tardemah (תרדמה) es 649, o sea 648 + 1 por el kolel.

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JULI PERADEJORDI

EL QUE RÍE EL ÚLTIMO, RÍE MEJOR

Simchat Torah – The Joys of Beginning and Ending – Malverne Jewish Center

Si bien este proverbio castellano se suele entender como que no hay que cantar victoria antes de tiempo, quizá tenga otra lectura mucho más profunda a la luz de los sabios del Talmud.

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El que ríe el último es el que ríe en el último día, al final de los tiempos, cuando los velos han caído y las cosas se ven por fin tal como son. ¿De quién se trata? Vamos a ver, apoyándonos en el tratado de Avodah Zara (3b), que se trata nada más y nada menos que del Santo, bendito sea. El texto en cuestión es el siguiente:

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אמר רבי יצחק  אין שחוק לפני הקדוש ברוך הוא אלא אותו היום

“Dijo Rabbí Isaac: no hay risa para el Santo, bendito sea, sino en ese día”.

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La guematria de Shajok (שחוק), “risa”, nos reserva una grata sorpresa: coincide exactamente con la de Ein Sof Or (אין סוף אור), la “luz infinita”.

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ש = 300

ח = 8

ו = 6

ק = 100

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414

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אין סוף = 207

אור = 207

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414

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Una de las palabras que en hebreo significan “tristeza” es Togah (תוגה). Los sabios jasídicos nos han enseñado que la risa es un antídoto de la tristeza pues la guematria de Shajok (שחוק), “risa”, 414, contrarresta a la de Togah (תוגה), que también es 414.

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ת = 400

ו = 6

ג = 3

ה = 5

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414

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La risa es, pues, una forma de luz equiparable a la Ein Sof Or (אין סוף אור), la “luz infinita” que al final de los tiempos ha de vencer a las tinieblas. Esa risa, esa luz, la podemos encontrar en la Torah. Los cabalistas nos enseñan que la denominada guematria Avgad de Shjok (שחוק), “risa”, es 616, como la guematria de haTorah (התורה). ¡Dichosos aquellos que tengan el mérito de compartir sus risas con el Santo, bendito sea, en ese día!

JULI PERADEJORDI

LA TRISTEZA ES COMO UN ÁRBOL

Veíamos la semana pasada (https://elzoharesplendor.wordpress.com/2023/04/28/la-curacion-de-la-tristeza/) que la primera vez que la raíz Etzev (עצב) aparece en la Torah es en Génesis (III-16). Poco antes, en Génesis (II-17) se hablaba de cierto árbol del que el hombre no debería haber comido. Ni siquiera debería haberlo tocado. Vamos a ver qué existe una relación secreta entre ambos.

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Un famoso poema de Jorge Luis Borges comienza con la siguiente afirmación:

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“He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz”.

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Con esa gran intuición que acompañaba a su sorprendente erudición, Borges asocia a la infelicidad con el pecado. Borges siempre bebió de buenas fuentes. Otro gran poeta del siglo pasado, Louis Cattiaux, sostenía que:

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“La tristeza viene de la añoranza inconsciente de la vida libre en Dios”.

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En nuestro tristísimo estado caído, somos muchos los que tenemos nostalgia de algo que no logramos encontrar en este mundo, de cierta luz que despierta y alimenta a la alegría. Es la añoranza de la que habla Cattiaux.

En el Gan Eden el hombre era alegre y feliz, y contemplaba a esta luz, de la que se alimentaba, pero interrumpió su contemplación para alimentarse del fruto del árbol dual. Entonces apareció la tristeza, la infelicidad. Comer del fruto del árbol prohibido es la causa de Etzev (עצב), la tristeza.

La palabra Etzev (עצב) es muy curiosa pues en su misma composición evoca a precisamente a un árbol. Vemos que las dos primeras letras se refieren al árbol, Etz (עצ) y la última, la Beth (ב), cuyo valor numérico es 2, se refiere a la dualidad, al bien y el mal. Se trata del árbol dual, del árbol de la dualidad: el famoso árbol del conocimiento del bien y del mal.

En hebreo “añoranza” se dice Guiaguim (געגועים), palabra en la que encontramos a la letra Guimel (ג) relacionada dos veces con la letra Ayin (ע). Guiaguim (געגועים) procede de una raíz que significa “echar de menos”. Estas dos letras juntas (גע) evocan la idea de “tocar” y la primera vez que aparecen en la Torah es en Génesis (III-3) cuando dice, refiriéndose precisamente al árbol del conocimiento del bien y del mal, veLo Tigú Bo,“y no lo tocaréis”:

ולא תגעו בו

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Desde que tocamos y comimos de este árbol nos hallamos invadidos por la tristeza. Louis Cattiaux también escribió que:

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“El pecadoy la caída es haber comido el fruto envenenado del árbol doble, es haber absorbido la substancia viva con la mugre muerta y es seguir haciéndolo”.

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Nuestros primeros padres cometieron la equivocación de desobedecer a Dios, lo cual es grave, pero nosotros seguimos haciendo lo mismo, lo cual es más grave aún.

¿Cuál es la solución? Aparentemente ésta pasa por comer otro tipo de alimento. Pasa por comer del Árbol de la Vida. Ese árbol del que nos habla el libro de los Proverbios (III-18), al que también hay que tocar, al que hay que “aferrarse”. Y ese árbol, nos enseñan los sabios, es la Torah.

JULI PERADEJORDI