EL FRUTO DEL PARAÍSO

Son numerosas las discusiones talmúdicas a propósito del cuál fue el fruto del paraíso, aquel que provocó el exilio de

nuestros primeros padres. Estas discusiones también se encuentran en el midrash e incluso en el Zohar. Apoyándonos en

la etimología vamos a proponer una deliciosa fruta en la que no han reparado muchos.

 

 

Veamos, para empezar qué nos dice el Midrash (Bereshit Rabba cap. 15):

Rabbí Meir dijo: fue trigo …
Rabbí Iehudah ben Rabbí Ilai y Rabbí Aibu dijeron: fueron uvas …
Rabbí Abba de Acco dijo: fue el etrog (cidro) …
Rabbí Iosei dijo: fueron los higos.

En el Talmud, tratado de Berajoth (40 a), Rabbí Nehemías será más concluyente y afirmará que:

“era la higuera, para que reparen su fechoría con el instrumento de la misma, como se dice, “entonces cosieron hojas de higuera”.

Algo con lo que no parece estar de acuerdo el Zohar (II-114 a) cuando dice:

“Hemos estudiado: el árbol con el que pecó el hombre ancestral era de uvas, como está escrito: “sus uvas son uvas de hiel” (Deuteronomio 32:32).

 

Parece que nuestros rabinos no se ponen de acuerdo. Por esta razón hemos decidido concentrarnos en la palabra Pardes (פרד), “paraíso” y buscar una palabra cuya fonética sea muy similar. Hemos visto que hay una con la que comparte tres de sus cuatro letras es Afarsek (אפרסק), “melocotón”. Cuando calculamos la guematria de esta palabra vemos que es 441:

א = 1

פ = 80

ר = 200

ס = 60

ק = 100

———–

441

 

Cuando nuestros primeros padres comieron del fruto, pecaron. En francés “pecar” es pécher y une pêche es un melocotón. Curioso. Una de las consecuencias de la toma del fruto prohibido fue la fragmentación. Desde entonces Adán, o sea el hombre, ya no tiene acceso a la realidad como una totalidad en la que todo está unidos, sino únicamente a una realidad fragmentada. La raíz Paras (פרס), que es el interior de la palabra Afarsek (אפרסק), “melocotón”, significa curiosamente “fragmentarse”.

Podemos relacionar también la raíz Farsek con Presco (o Fresco, pues Pe o Fe son la misma letra). Presco es como se llamaba antiguamente el melocotón. Aún se lo conoce así en algunos pueblos del bajo Aragón, y esta palabra está muy cerca del Préssec catalán, “melocotón”.

Los antiguos chinos consideraban que el melocotón era el fruto de la inmortalidad, algo que lo cual gozaban Adán y Eva en el paraíso. Como aifrma el sinólogo Pedro Ceinos:

“… el caracter para escribir “melocotón”, en chino, está formado por el radical de madera y el componente fonético zhao (presagio, pronóstico, augurio)”.

 

Quizá por ello Préssec esté fonéticamente tan cerca de Presagi, “presagio”. Y si alguien dijera que todo esto no son más que vanas especulaciones, le replicaremos que es verdad, en hebreo Emet (אמת), palabra cuya guematria es 441, como la de Afarsek (אפרסק), “melocotón”.

 

א = 1

מ = 40

ת = 400

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441

JULI PERADEJORDI

 

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